¿QUÉ ES LA MÚSICA ? ESTADOS DEL ALMA
La podríamos definir como arte y ciencia que se hermanan en este concepto. También la podríamos definir como el arte de interpretar emociones, sentimientos a través de un determinado instrumento musical. La música es, por excelencia, el lenguaje de la afectividad, de lo que no puede ser expresado con palabras.
Con la música ocurre como con cualquier otra arte: no existe limite para su perfeccionamiento y su comprensión. Seguramente todos hemos asistido a un concierto musical, donde nos hemos deleitado escuchando esos maravillosos sonidos ejecutados por diversos instrumentos, pero si nos preguntamos al final del concierto cuáles han sido las vibraciones, las emociones y los sentimientos recibidos a través de los sonidos, probablemente no sabríamos definirlos.
Se puede afirmar que los sonidos tienen una correspondencia con las vibraciones y hay quienes aseguran que el sonido es la fuente de toda materia. El ser humano empieza a ser consciente de la música como catalizador de la llamada vibración cósmica que envuelve el Universo.
Así es la música, hay que saber apreciarla emocionalmente, a vibrar y sentirla, a sumergirse en ese mundo maravilloso y mágico de los sonidos que surcan el espacio y tiempo.
Todos hemos sentido al escuchar una melodía como ha sido alterado nuestro estado de animo. La sensación que experimentamos al escuchar un “allegro” de Vivaldi, es opuesta a la placidez que nos invade con el “adagio” de Albinoni. Por consiguiente a través de la música producimos efectos que pueden ayudarnos a equilibrar nuestro organismo.
Los griegos en sus escritos ya hacían referencia al Ethos (modo peculiar de pensar y actuar del ser humano), como el gran vínculo entre los sonidos y los factores psiquico-físicos. Séneca, consideraba la enfermedad como un desarreglo armónico del organismo, y que, por tanto, había que volver a equilibrarla con armonía, la música es donde ésta se produce con mayor frecuencia.
La notación musical usada en la actualidad fue ideada por el monje benedictino Guido D’Arezzo (995-1050), quien dio nombre a las notas de la escala o gama diatónica, partiendo de la primera sílaba de la estrofa de cada uno de los hemistiquios y de las iniciales de las dos palabras del último verso del HIMNO DE SAN JUAN BAUTISTA que dice:
UT * quent laxis Resonare fibris
Mira gestorum Fámulas tourum
SOLve polluti´LAbii reatum
Sancte Ioannes.
* Con el fin de conseguir un sonido mas agradable, se sustituyo más adelante, el UT por el DO actual.
Con el correr de los siglos, apenas se presta atención a los posibles poderes curativos de la música. Felipe V, enfermo de depresiones, se rebela a todo tratamiento médico y es curado gracias al canto de Farinelli. También le sucedió lo mismo a Jorge III de Inglaterra que tuvo una curación similar. Con tan pocos ejemplos de los muchísimos que hay, se deja constancia de que en las páginas de la Historia existen numerosas curaciones a través de la música.
Se desconoce quién construyo el primer instrumento musical, no obstante se puede adivinar que el hombre primitivo, golpeaba los troncos huecos con un palo para acompañarse en sus danzas de caza o guerra. El hombre percibió en esos sonidos, una fuerza hasta el momento desconocida, cuyos efectos sobre el espíritu comenzó a notar de forma inmediata.
No tardó en descubrir que la música contenía un misterioso y oculto poder. El poder mágico de la música no es una fábula. Se supone que los curanderos africanos, mediante la música, expulsaban a los seres malignos o a cualquier clase de enemigos y aseguraban la victoria en los combates
Esto nos da una visión de como a través de los tiempos en las batallas de guerra, siempre ha habido una formación de banda musical al frente de un batallón, interpretando melodías patrióticas y, como no, un ritmo adecuado y machacón de tambores para poner en marcha el movimiento de las piernas y así conectarte con la tierra.
Fue utilizado por las legiones romanas, por las tropas Napoleónicas, jugando un papel fundamental en la 2ª guerra mundial por las tropas de Hitler, y en nuestro país se utilizó en la guerra Civil Española, y actualmente, se utiliza para los desfiles militares. Me pregunto si esto es simple y meramente causal o si hay mas profundidad u ocultismo en el efecto de los sonidos que producen los instrumentos. Los jóvenes de hoy en día bailan al son de un ritmo machacón, constante y cíclico, ello me induce a pensar que no solamente los líderes políticos de una nación, han utilizado los sonidos de tambores y trompeterías, para sus fines bélicos. En la actualidad también las casas discográficas han recurrido a ello, produciendo un efecto de ritmo nuevo y contagioso en el movimiento de las piernas.
Actualmente existe una terapia llamada musicoterapia, a pesar de su reciente novedad, su aplicación es muy antigua, si tenemos encuentra que ya se disponía de esta terapia en España sobre 1.600 al 1.800. Hoy en día la musicoterapia se aplica fundamentalmente en desequilibrios nerviosos, influye positivamente sobre el corazón y pulmones, también es positiva sobre alcohol y drogas, aunque todavía es necesario profundizar más en el estudio de esta técnica.
Con la música ocurre como con cualquier otra arte: no existe limite para su perfeccionamiento y su comprensión. Seguramente todos hemos asistido a un concierto musical, donde nos hemos deleitado escuchando esos maravillosos sonidos ejecutados por diversos instrumentos, pero si nos preguntamos al final del concierto cuáles han sido las vibraciones, las emociones y los sentimientos recibidos a través de los sonidos, probablemente no sabríamos definirlos.
Se puede afirmar que los sonidos tienen una correspondencia con las vibraciones y hay quienes aseguran que el sonido es la fuente de toda materia. El ser humano empieza a ser consciente de la música como catalizador de la llamada vibración cósmica que envuelve el Universo.
Así es la música, hay que saber apreciarla emocionalmente, a vibrar y sentirla, a sumergirse en ese mundo maravilloso y mágico de los sonidos que surcan el espacio y tiempo.
Todos hemos sentido al escuchar una melodía como ha sido alterado nuestro estado de animo. La sensación que experimentamos al escuchar un “allegro” de Vivaldi, es opuesta a la placidez que nos invade con el “adagio” de Albinoni. Por consiguiente a través de la música producimos efectos que pueden ayudarnos a equilibrar nuestro organismo.
Los griegos en sus escritos ya hacían referencia al Ethos (modo peculiar de pensar y actuar del ser humano), como el gran vínculo entre los sonidos y los factores psiquico-físicos. Séneca, consideraba la enfermedad como un desarreglo armónico del organismo, y que, por tanto, había que volver a equilibrarla con armonía, la música es donde ésta se produce con mayor frecuencia.
La notación musical usada en la actualidad fue ideada por el monje benedictino Guido D’Arezzo (995-1050), quien dio nombre a las notas de la escala o gama diatónica, partiendo de la primera sílaba de la estrofa de cada uno de los hemistiquios y de las iniciales de las dos palabras del último verso del HIMNO DE SAN JUAN BAUTISTA que dice:
UT * quent laxis Resonare fibris
Mira gestorum Fámulas tourum
SOLve polluti´LAbii reatum
Sancte Ioannes.
* Con el fin de conseguir un sonido mas agradable, se sustituyo más adelante, el UT por el DO actual.
Con el correr de los siglos, apenas se presta atención a los posibles poderes curativos de la música. Felipe V, enfermo de depresiones, se rebela a todo tratamiento médico y es curado gracias al canto de Farinelli. También le sucedió lo mismo a Jorge III de Inglaterra que tuvo una curación similar. Con tan pocos ejemplos de los muchísimos que hay, se deja constancia de que en las páginas de la Historia existen numerosas curaciones a través de la música.
Se desconoce quién construyo el primer instrumento musical, no obstante se puede adivinar que el hombre primitivo, golpeaba los troncos huecos con un palo para acompañarse en sus danzas de caza o guerra. El hombre percibió en esos sonidos, una fuerza hasta el momento desconocida, cuyos efectos sobre el espíritu comenzó a notar de forma inmediata.
No tardó en descubrir que la música contenía un misterioso y oculto poder. El poder mágico de la música no es una fábula. Se supone que los curanderos africanos, mediante la música, expulsaban a los seres malignos o a cualquier clase de enemigos y aseguraban la victoria en los combates
Esto nos da una visión de como a través de los tiempos en las batallas de guerra, siempre ha habido una formación de banda musical al frente de un batallón, interpretando melodías patrióticas y, como no, un ritmo adecuado y machacón de tambores para poner en marcha el movimiento de las piernas y así conectarte con la tierra.
Fue utilizado por las legiones romanas, por las tropas Napoleónicas, jugando un papel fundamental en la 2ª guerra mundial por las tropas de Hitler, y en nuestro país se utilizó en la guerra Civil Española, y actualmente, se utiliza para los desfiles militares. Me pregunto si esto es simple y meramente causal o si hay mas profundidad u ocultismo en el efecto de los sonidos que producen los instrumentos. Los jóvenes de hoy en día bailan al son de un ritmo machacón, constante y cíclico, ello me induce a pensar que no solamente los líderes políticos de una nación, han utilizado los sonidos de tambores y trompeterías, para sus fines bélicos. En la actualidad también las casas discográficas han recurrido a ello, produciendo un efecto de ritmo nuevo y contagioso en el movimiento de las piernas.
Actualmente existe una terapia llamada musicoterapia, a pesar de su reciente novedad, su aplicación es muy antigua, si tenemos encuentra que ya se disponía de esta terapia en España sobre 1.600 al 1.800. Hoy en día la musicoterapia se aplica fundamentalmente en desequilibrios nerviosos, influye positivamente sobre el corazón y pulmones, también es positiva sobre alcohol y drogas, aunque todavía es necesario profundizar más en el estudio de esta técnica.