Machu Picchu - Maravilla del mundo

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Cuzco - Perú
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jueves, 21 de junio de 2007

¿Qué es la música?








¿QUÉ ES LA MÚSICA ? ESTADOS DEL ALMA



La podríamos definir como arte y ciencia que se hermanan en este concepto. También la podríamos definir como el arte de interpretar emociones, sentimientos a través de un determinado instrumento musical. La música es, por excelencia, el lenguaje de la afectividad, de lo que no puede ser expresado con palabras.
Con la música ocurre como con cualquier otra arte: no existe limite para su perfeccionamiento y su comprensión. Seguramente todos hemos asistido a un concierto musical, donde nos hemos deleitado escuchando esos maravillosos sonidos ejecutados por diversos instrumentos, pero si nos preguntamos al final del concierto cuáles han sido las vibraciones, las emociones y los sentimientos recibidos a través de los sonidos, probablemente no sabríamos definirlos.
Se puede afirmar que los sonidos tienen una correspondencia con las vibraciones y hay quienes aseguran que el sonido es la fuente de toda materia. El ser humano empieza a ser consciente de la música como catalizador de la llamada vibración cósmica que envuelve el Universo.
Así es la música, hay que saber apreciarla emocionalmente, a vibrar y sentirla, a sumergirse en ese mundo maravilloso y mágico de los sonidos que surcan el espacio y tiempo.
Todos hemos sentido al escuchar una melodía como ha sido alterado nuestro estado de animo. La sensación que experimentamos al escuchar un “allegro” de Vivaldi, es opuesta a la placidez que nos invade con el “adagio” de Albinoni. Por consiguiente a través de la música producimos efectos que pueden ayudarnos a equilibrar nuestro organismo.
Los griegos en sus escritos ya hacían referencia al Ethos (modo peculiar de pensar y actuar del ser humano), como el gran vínculo entre los sonidos y los factores psiquico-físicos. Séneca, consideraba la enfermedad como un desarreglo armónico del organismo, y que, por tanto, había que volver a equilibrarla con armonía, la música es donde ésta se produce con mayor frecuencia.
La notación musical usada en la actualidad fue ideada por el monje benedictino Guido D’Arezzo (995-1050), quien dio nombre a las notas de la escala o gama diatónica, partiendo de la primera sílaba de la estrofa de cada uno de los hemistiquios y de las iniciales de las dos palabras del último verso del HIMNO DE SAN JUAN BAUTISTA que dice:
UT * quent laxis Resonare fibris
Mira gestorum Fámulas tourum
SOLve polluti´LAbii reatum
Sancte Ioannes.
* Con el fin de conseguir un sonido mas agradable, se sustituyo más adelante, el UT por el DO actual.
Con el correr de los siglos, apenas se presta atención a los posibles poderes curativos de la música. Felipe V, enfermo de depresiones, se rebela a todo tratamiento médico y es curado gracias al canto de Farinelli. También le sucedió lo mismo a Jorge III de Inglaterra que tuvo una curación similar. Con tan pocos ejemplos de los muchísimos que hay, se deja constancia de que en las páginas de la Historia existen numerosas curaciones a través de la música.

Se desconoce quién construyo el primer instrumento musical, no obstante se puede adivinar que el hombre primitivo, golpeaba los troncos huecos con un palo para acompañarse en sus danzas de caza o guerra. El hombre percibió en esos sonidos, una fuerza hasta el momento desconocida, cuyos efectos sobre el espíritu comenzó a notar de forma inmediata.
No tardó en descubrir que la música contenía un misterioso y oculto poder. El poder mágico de la música no es una fábula. Se supone que los curanderos africanos, mediante la música, expulsaban a los seres malignos o a cualquier clase de enemigos y aseguraban la victoria en los combates
Esto nos da una visión de como a través de los tiempos en las batallas de guerra, siempre ha habido una formación de banda musical al frente de un batallón, interpretando melodías patrióticas y, como no, un ritmo adecuado y machacón de tambores para poner en marcha el movimiento de las piernas y así conectarte con la tierra.
Fue utilizado por las legiones romanas, por las tropas Napoleónicas, jugando un papel fundamental en la 2ª guerra mundial por las tropas de Hitler, y en nuestro país se utilizó en la guerra Civil Española, y actualmente, se utiliza para los desfiles militares. Me pregunto si esto es simple y meramente causal o si hay mas profundidad u ocultismo en el efecto de los sonidos que producen los instrumentos. Los jóvenes de hoy en día bailan al son de un ritmo machacón, constante y cíclico, ello me induce a pensar que no solamente los líderes políticos de una nación, han utilizado los sonidos de tambores y trompeterías, para sus fines bélicos. En la actualidad también las casas discográficas han recurrido a ello, produciendo un efecto de ritmo nuevo y contagioso en el movimiento de las piernas.
Actualmente existe una terapia llamada musicoterapia, a pesar de su reciente novedad, su aplicación es muy antigua, si tenemos encuentra que ya se disponía de esta terapia en España sobre 1.600 al 1.800. Hoy en día la musicoterapia se aplica fundamentalmente en desequilibrios nerviosos, influye positivamente sobre el corazón y pulmones, también es positiva sobre alcohol y drogas, aunque todavía es necesario profundizar más en el estudio de esta técnica.

sábado, 16 de junio de 2007

Confesiones/el cantante de la voz profunda




Entrevista realizada el:

Domingo, 5 de junio de 2005


CONFESIONES/ EL CANTANTE DE LA VOZ PROFUNDA
Tom Jones
65 años de seductor, sentado en el moderno bar de Nueva York donde cita al periodista, Tom Jones parece un felino al acecho. Cuando comenzó a cantar en los años 60 era el rey del sexo. Hoy sigue desplegando todas sus armas de seducción. Actuaba entonces en pequeños “pubs” para los obreros de Gales y a sus 65 años, que cumple el próximo martes, conserva el atractivo que le convirtió en una gran estrella. En una charla íntima revela cómo se ganó la admiración de los mafiosos ante los que cantaba en los casinos de Las Vegas con Frank Sinatra y la amistad incondicional que mantuvo con su admirado Elvis Presley, junto al que interpretaba temas en privado.
Cuando yo era niño, en los años 60, Tom Jones era el cantante de música pop más importante del mundo. Aun más, era el sexo. Yo no sabía entonces qué era el sexo, pero sí que se trataba de algo muy importante y que Tom Jones era el rey del sexo, porque las mujeres le lanzaban bragas. La única ropa interior que me lanzaban a mí era la mía, que mi propia madre me lanzaba, molesta, porque yo la había dejado tirada en algún lugar de la casa.
En los años 60, en Inglaterra se estaba produciendo la increíble revolución del rock and roll, que estaba cambiando la forma de vida, y ahí estaba Tom Jones. Más de 40 años después de su primer y más importante éxito, It’s Not Unusual, y de numerosos discos y colecciones de éxitos posteriores, Tom Jones sigue ahí, con energía, aunque se acerca a la edad de jubilación (celebrará su 65 cumpleaños el 7 de junio). Dondequiera que va, siempre consigue un lleno. La mitad de sus seguidores son jóvenes, y no necesariamente los hijos de la otra mitad.
La estrella se sienta delante de mí en el bar de un moderno hotel de Nueva York, donde la luz fría de las últimas horas de la tarde nos envuelve como un chal. Una mata de pelo rizado aún le cubre la cabeza como una aureola negra, aunque ahora una barba estilo Van Dyck, muy de moda, le resalta los ángulos de la cara, otorgándole un aspecto malicioso. Cuando sonríe sus ojos bailan. Cuando no sonríe parece distante, en guardia. También parece sorprendentemente más joven de lo que es, lo que no parece consecuencia de la cirugía plástica, sino, al menos eso sospecho, de que disfruta mucho de la vida.
Lleva vaqueros y un jersey negro de cuello vuelto debajo de una chaqueta de cuero negra y algo rígida, y está sentado como un león que no sabe si devorarte o si echarse a dormir. Lo que no significa que sea agresivo o aburrido, sino que exhibe la gracia y el poder de los grandes felinos, sentado con el porte real del hombre que considera cualquier silla su trono. También se le ve en buena forma, con hombros anchos y un pecho fornido. Habla con claridad, y su voz sigue siendo profunda, con la cadencia musical del acento galés.
Aún se considera, por supuesto, representante de la gran tradición de los vocalistas de su país. "En Gales hay coros, especialmente de hombres, en los que muchos de mis primos cantaban", dice. "Los tenores galeses tienen una típica voz profunda, de las que revientan los cristales. Quizá se deba en parte a que cantar es la forma más barata de hacer música. No hacen falta instrumentos".
Cuando comenzó su carrera en los clubes, le comentaban que cantaba como los negros y luego, cuando se emitieron sus temas en la radio, la gente pensaba que era negro. En Estados Unidos se presentó en emisoras de radio para el público negro. "Escuchaba la BBC a finales de los 40, principios de los 50, cuando era niño", explica. "Y cada vez que tocaban una canción de blues o de gospel, me preguntaba qué era eso. La música se me pegaba. No sabía por qué, simplemente me gustaba. En el colegio, cuando cantaba el Padrenuestro, el maestro me decía: ¿por qué lo cantas como un espiritual negro? No conocía el término; era muy joven, tendría siete, ocho años. A mí me resultaba natural cantar así".
Cuando Jones comenzó a actuar con una banda en pubs y clubes de obreros, tocaba la guitarra acústica y cantaba. El grupo tenía una sección rítmica, pero él estaba limitado por lo que podía tocar en la guitarra. Un viernes por la noche, la noche de los chicos —"los sábados se salía de noche con las chicas, pero el viernes era algo sagrado salir con los colegas"—, estaba tomando copas con un amigo, Tommy Redman, el bajo de una banda local con cierto renombre, llamada Tony Scott y Los Senators. Redman le dijo a Jones que el cantante no se había presentado para un bolo , y le pidió que ocupara su lugar. Tom no tenía mucho interés. "Tommy, por favor", le rogó Redman, quien le aseguró que se las arreglaría para introducir subrepticiamente unas cervezas en la sala, lo cual estaba prohibido en el local donde iban a actuar.
Así es que Jones aceptó, dejó a sus amigos detrás del escenario con algunas cervezas, y cantó temas de Elvis y de Jerry Lee Lewis. Al final de la noche llegó a la conclusión de que eso era lo que quería hacer, que no quería volver a tocar la guitarra acústica. Había descubierto su vocación y la banda su cantante.
Luego consiguió trabajos en la zona, porque lo conocían en los clubes, pero a menudo los dueños se echaban para atrás, gritándoles "os pagaré por no cantar", cuando se presentaba con Los Senators y veían las guitarras eléctricas y los amplificadores. "Los dueños de los locales le pagaban a la gente para que no tocara. Tenían que cumplir el contrato pero no querían escuchar este tipo de música. Tan pronto nos veían, me decían: ‘¡Oh, por Dios, no, rock and roll. Tommy, por favor...’. Yo les contestaba: ‘Esperad un momento. Comencemos el espectáculo. Después de un rato, si tocamos tres o cuatro canciones y a la gente no le gusta, entonces vale’. Y en lugar de ‘os pago para que no toquéis’, empezamos a oír: ‘¿Crees que podremos permanecer abiertos hasta más tarde si pedimos permiso a la Policía?’. Así es que iniciamos en el rock a los obreros de los clubes de Gales. No lo habían escuchado hasta entonces".
Los Senators se hicieron famosos en Gales. Una noche, Gordon Mills, que tocaba la armónica, vio actuar a Jones y le dijo que debía ir a Londres, donde sería su manager. Cuando llegó a la capital inglesa en 1964, la ciudad aún estaba surgiendo de la crisálida del ambiente serio y formal de la posguerra y se estaba convirtiendo lentamente en el Londres marchoso, artístico y liberado que iba a cambiar el mundo. Sin embargo, Jones tuvo que hacer las improductivas y frustrantes rondas por las compañías de grabación y vivir del escaso salario mientras esperaba una oportunidad. Tom estaba casado y tenía un hijo. Había dejado a su novia de 16 años embarazada cuando él tenía 17. Su esposa, Melinda Trenchard, y su hijo, Mark, tuvieron que quedarse en Gales. Un par de semanas antes de que Mills le trajera It’s Not Unusual, se encontraba en el andén del metro de Londres mirando un tren que se acercaba y pensó lo fácil que sería poner fin a todo. Había editado su primer sencillo, Chills and Fever, un fracaso, y su mujer tenía que trabajar en una fábrica porque no era capaz de mantener a su familia.
"En una fracción de segundo pensé: a la mierda, si sólo doy un paso todo terminará. Me sentía muy deprimido porque no sabía qué hacer. No quería volver a Gales sin haberme probado. No estaba ganando dinero. Pero otras ideas me pasaron por la mente. ¿Qué será de tu mujer? ¿Qué será de tu hijo?".
En esos días grababa maquetas para ganar algo de dinero, interpretaba temas que los compositores luego mostraban a cantantes más reconocidos. Mills había escrito It’s Not Unusual con otro autor, Les Reed, que ya tenía un par de temas que habían alcanzado el número uno en las listas de éxitos. Tom y la banda lo interpretaron. Pero cuando Jones escuchó su interpretación en el estudio, dijo: "Esta canción tiene que ser mía". Mills contestó que no, que él era un cantante de rock, y que se trataba de un tema de música pop. "No me importa cómo la llames, tiene que ser para mí", le contestó, amenazando con marcharse de vuelta a Gales si no le permitían grabarla. Finalmente lo consiguió.
El éxito. Al cabo de unas semanas, el tema alcanzaba el número uno en las listas. Aunque, al principio, la BBC se negó a emitirlo: alguien había visto actuar a Jones y había pensado que era demasiado provocativo. De repente, era una gran estrella, acontecimiento que le cogió por sorpresa. "En aquel entonces participaba en una gira colectiva con un montón de bandas y no sabía que It’s Not Unusual estaba subiendo tan rápidamente en la lista. De manera que entre una y otra función me acerqué al pub a tomar una empanada y una pinta de cerveza. Fuera había unas chicas gritando. Pensé que habían venido a ver a una de las bandas del programa, pero la verdad es que todas habían vuelto al teatro. Seguramente las chicas creían que aún se encontraban los músicos en el pub. Así es que salgo, me dirijo directamente a la multitud, con la empanada en la mano. Y las chicas comienzan a gritar y se me echan encima. Me arrancaron todo. Llevaba una gabardina, la primera gabardina decente que jamás había comprado, y me la hicieron jirones... Tuve que echar a correr hacia el teatro".
¿Cómo comenzó la cuestión de las bragas? "Fue en 1968. Me contrataron para actuar en el Copacabana de Nueva York. Un promotor estadounidense me había visto en Londres y me preguntó si me gustaría cantar en el Copacabana. Yo le dije: ‘¿América? Sí, ¿por qué no?’. Era un club sin escenario; tenía que cantar en el suelo, al mismo nivel que el público. Cuando canto sudo mucho, así es que había unas mujeres que me pasaban servilletas. Yo me secaba con ellas y se las devolvía. De repente, una de ellas se pone de pie, se levanta el vestido y se quita las bragas. Cuando actúas en garitos aprendes a aprovechar lo mejor posible estos momentos. No hay que ofenderse. De modo que le digo: ‘Cuidado, no pilles un resfriado’. De pronto lo vi escrito en los periódicos, y a partir de entonces me lanzaban bragas en todas partes".
A su primera serie de éxitos siguió otra, mientras su fama iba en aumento. Continuó actuando en el legendario Copacabana y, por supuesto, en Las Vegas, donde trabó amistad con Sinatra y Elvis. Le gustó mucho a la mafia, lo que —hay que reconocerlo— es mucho mejor que si hubiera ocurrido lo contrario. En Las Vegas, Jones y Sinatra cantaban en el Caesar’s Palace, donde atraían a muchos jugadores y a mafiosos. "Frank mismo me lo dijo: ‘Sabes, tenemos todo bien atado. Cuando no estamos aquí, podrían disparar cañones desde los escenarios pues no matarían a nadie en una sala vacía’. Siempre pensé que me parecía más a Elvis Presley, pero en Las Vegas estaba más cerca de Sinatra en lo que respecta a la gente que atraíamos".
Elvis pensaba que Tom era el mejor cantante del mundo, y a veces subía al escenario cuando actuaba para decírselo al público. También eran grandes amigos, y a menudo cantaban juntos, aunque en privado. En una ocasión en que Jones estaba de gira en Hawai, Elvis, que se encontraba allí de vacaciones, lo invitó a su casa. Cuando se presentó, Elvis no estaba porque, al darse cuenta de que no había guitarras en la casa, había salido a comprar dos. Entró en la primera tienda que encontró y dejó estupefacto al dependiente cuando le dijo: "Tom Jones viene a casa hoy y necesito un par de guitarras".
En noviembre de 2004, le vi actuar en Nueva York. Ofreció el típico espectáculo de artista consumado. Nadie se sentó, todos aplaudieron, aunque reservaron sus ovaciones más sonoras para los temas clásicos: It’s Not Unusual, What’s New Pussycat?, Green, Green Grass of Home y, especialmente, Delilah. Y se lanzaron bragas. Un montón de bragas.
Después del espectáculo, me invitó a cenar en un garito pretencioso del centro, un restaurante italiano en la turística calle de Mulberry. El dueño, Frankie C, un tipo que respondía a esta inicial con naturalidad, como si hubiera olvidado ya su propio apellido, saludó a la estrella afectuosamente. Se conocen desde hace mucho tiempo. Frankie C nos contó que cuando pasaba su luna de miel en Las Vegas, su mujer vio al cantante caminando por el casino y, excitada, se lo señaló. "Yo lo conozco", dijo Frankie, antes de ir tras él para presentárselo a su mujer. Ella quería su autógrafo. Tom buscó un trozo de papel, pero la mujer lo miró afligida, y se desabotonó la blusa. "Quería que le firmara en un pecho", exclamó Frankie entre carcajadas. "Y así lo hizo", dijo encogiéndose de hombros.
Un par de días más tarde, en la suite del rascacielos donde se alojaba, le pedí que me explicara el motivo de su atractivo. "Es mi voz, tiene que ser eso". "¿No le sorprende seguir teniendo tanto atractivo sexual tras una carrera de 40 años?". "Bueno, sí, no sabía cómo iba a encontrarme a esta edad. Ni siquiera sabía si iba a vivir tanto. Si uno no pierde su carácter, si sigue siendo la misma persona... Porque mi imagen ha sido natural. Sabes, es una imagen muy... (Se golpea con el puño para subrayar lo que dice). Te pega de forma directa en la cara, y siempre ha sido así". Precisamente ha sido su único hijo y su manager desde 1986, Mark, quien se ha ocupado de rejuvenecer esa imagen y adaptarla a los nuevos tiempos, manteniendo y reforzando si cabe toda su carga sexual.
Al parecer, no es ningún secreto que tiene un matrimonio abierto... Lleva casado con Melinda 48 años. "Bueno, no es realmente abierto", aclara. "Eso le parece a algunas personas, pero no es así. No suelo hablar de ello. Mi esposa es una persona muy reservada y yo respeto su intimidad. Sí quiero decir una cosa, y es que la ausencia aumenta el cariño. No estamos juntos todo el tiempo. Alguna gente lo está, y surgen frustraciones. Mi esposa suele decir que somos amigos íntimos. Y tenemos nuestra propia historia".
¿Y el lugar más extraño en el que ha actuado? "Fue en Talk of the Town, en Londres. Me dijeron que una convención de hombres había comprado todas las entradas. ‘Pero habrá mujeres en el público, ¿no?’, dije. Pero no era así. Me resultó extraño salir a un escenario y ver el lugar lleno de hombres, pero al final fue un buen espectáculo. Les pareció maravilloso". "Aunque esta vez no lanzaron bragas, ¿no?". "No, no hubo bragas".
Bob Guccione es crítico musical estadounidense.

A España le gusta Mr. Jonespor Pablo GilA este lado del Muro de Berlín, Tom Jones provocó un colosal terremoto a mediados de los años 60, que incluso llegó a la España del aperturismo y Palomares. Armado con un hirsuto “pecholobo”, unos bíceps como jamones, una garganta que parecía la mina en la que trabajaba la mitad de su familia y una inmejorable leyenda de promiscuo, el cantante galés desembarcó en los “comediscos” hispanos para amenizar guateques y hasta inspirar a simpáticos imitadores, como Bruno Lomas, que tradujo con éxito el inmortal “It’s Not Unusual” por “No es nada extraño” (en 1987, la Orquesta Mondragón hizo lo propio con “Delilah”). El impacto del aguerrido y joven Jones fue enorme gracias a otros temas, lo más facilón de su repertorio, como “What’s New Pussycat?”, hasta que su estrella se difuminó con los 70, limitando su reinado a los casinos de Las Vegas.
Su resurrección mundial, en 1988, gracias a su vigorosa interpretación del “Kiss” de Prince, le ganó el cariño de una nueva generación de “fans” (acaso el más conocido fue Carlton Banks, el primo de Will Smith en la serie “El Príncipe de Bel Air”), aunque en España este renovado interés no se produjo realmente hasta el álbum de dúos “Reload”, de 1999, continuado luego por aquel “Sex Bomb” de 2002. Desde entonces, el ya sexagenario “showman” nos ha visitado con asiduidad y tremendo éxito de público, con espectáculos tan entretenidos como sorprendentes: no sólo despliega su portentoso chorro de voz con enorme dignidad, sino que su movimiento de caderas aún provoca alguna que otra lluvia de lencería desde las primeras filas.
Video del preciso momento en que los Reyes de Inglaterra
nombraron Sir a Tom Jones.
click aqui:

jueves, 7 de junio de 2007

Mi pequeño homenaje a Tom Jones

¿ Hemos de decir que es único? Es Tom Jones, el único. En una época en la que cada vez es más frecuente que la fama y la celebridad sean los únicos requisitos necesarios para ganar fama y celebridad, el extraordinario talento de Tom Jones le hace un ser único. Ha logrado estar ahí durante cuatro décadas y aún hoy sigue siendo uno de los cantantes más respetados, admirados y amados dentro de la música moderna.
¿Cómo, si no, seríamos testigos de colaboraciones tan estelares como las que aparecieron en su álbum, Reload. No se trata de un simple homenaje, sino de un apasionado disco de duetos que cuenta con artistas de la talla de Stereophonics, The Cardigans, James Dean Bradfield de Manic Street Preaches, Natalie Imbruglia, Van Morrison, Robbie Williams, The Divine Comedy, Cerys Matthews de Catatonia, Simply Red, Space, Barenaked Ladies, The James Taylor Quartet, Portishead, Heather Small, Mousse T., Zucchero y The Pretenders. Parece que tras este trabajo se esconde algo más que respeto.
La voz grave y única de Tom Jones ha sido bendecida con una habilidad para ofrecer a su público hasta la última gota de energía, entusiasmo y concentración. Cuando su entrega es absoluta, invita a su público a que se le una con la vulnerabilidad de su convicción emocional. Tom Jones es natural, galés, trabajador y un artista con un auténtico espíritu rhythm and blues.
Todo surgió en su juventud, no tanto en su mente como en su música y el sexo. Su joven estilo y actitud se vieron alimentados por el nacimiento del rock & roll, pero contaba con una habilidad innata para apreciar y entender todos los estilos florecientes de la música popular. Tom pasaba tanto tiempo escuchando emisoras de radio británicas y norteamericanas, como en los pubs, bebiendo y cantando. Aprendió que podía cantar y que podía entretener.
Thomas Jones Woodward nació el 7 de Junio de 1940 en Pontypridd, al sur de Gales. Su padre trabajaba en las minas de Rhonda Valley mientras que su madre se hacía cargo de la casa y de los dos hijos. La canción y la poesía, grandes tradiciones galesas, constituían la auténtica pasión de la clase trabajadora; nacida de su tierra, era la vida de sus reuniones y el alma de sus duras vidas.
Tom comenzó a cantar a una edad muy temprana. Cantaba en la iglesia y en el coro del Treforrest Secundary Modern School. Solía pedirle a su madre: Tira de las Cortinas y anúnciame. A los 16 años, y como la mayoría de los chicos, finalizó su etapa en el colegio sin pena ni gloria. Un año más tarde, estaba ya casado y con un hijo.
Tom tuvo una gran variedad de trabajos, desde peón de albañil, hasta cortador de guantes, pasando por empleado en una fábrica de papel y vendedor ambulante de aspiradoras. Por las noches, cantaba en pubs con grupos del lugar. En 1963, él y su grupo, Tommy Scott and the Senators, eran ya conocidos por la zona y tocaban a menudo en los exigentes escenarios de los clubes de clase trabajadora y en salas de baile.
Precisamente durante una de esas actuaciones, Gordon Mills se fijó en Tom y acabó convirtiéndose en su primer manager. Mills recuerda: Me bastaron con oír los primeros acordes para convencerme de que con esa voz podría convertirse en el mejor cantante del mundo. El sonido de la voz era escandaloso y demasiado potente, el estilo de la actuación, demasiado atrevido y sensual. Tom parecía un negro cantando y se movía como Elvis Presley. No obstante, fueron persistentes y a finales de 1964 firmaron un contrato con Decca Records.
El primer sencillo no fue un gran éxito, pero la siguiente elección, un tema compuesto por el propio Mills y titulado It´s Not Unusual se convirtió en un auténtico éxito en todo el mundo. Considerado demasiado caliente por la conservadora BBC de aquel entonces, la radio pirata costera Radio Caroline la difundió a más no poder. Al año siguiente, Tom fue telonero de los Rolling Stones en el Beat City de Londres y actuó junto a The Spencer Davis Group. Y todo eso en un espacio de tiempo increíblemente corto.
Su intuición con toda la gama de música popular dio origen a bombazos como What´s New Pussycat, Help Yourself, Never Fall in Love again y Without Love. En los primeros tiempos, se inspiró en artistas como Soloman Burke, Tennessee Ernie Ford, Little Richard, Jackie Wilson, Brook Benton y Big Bill Broonzy. El alma del Rock & roll le vino de Jerry Lee Lewis. Vivió una larga amistad con Elvis Presley basada en el respeto y admiración mutuos. Elvis solía calentar la voz con Delilah antes de sus propias actuaciones, y en la época en que Green Green Grass of Home se convirtió en todo un éxito en 1966, Elvis se dedicaba a llamar a las emisoras de radio para pedir que la pusieran.
Pronto siguió un auténtico aluvión de sencillos y discos de oro como Delilah, Help Yourself, Love me tonight y Never fall in love again en 1968, Funny Familiar Forgotten feelings, y los discos Tom Jones Live, Tom Jones in Las Vegas y This is Tom Jones, en 1969. De hecho, durante la mayor parte de ese año, varios de sus discos entraron en las listas Top 10 europeas y norteamericanas.
En el verano de 1969, le ofrecieron su propio programa de televisión y firmó con la ABC el mayor contrato jamás celebrado entre una cadena de televisión y un artista. El programa se grabó entre Londres y Los Angeles y contó con un equipo compuesto por una extraordinaria lista de personas que en su mayoría sugirió Tom. ¿Preparados? Nada más y nada menos que artistas como Aretha Franklin, Burt Bacharach, Elvis y Priscilla Presley, The Triorchy Male Choire, Stevie Wonder, Anne Bancroft, Ella Fitzgerald, Kirk Douglas, Elliot Gould, Janis Joplin, Shirley Bassey, Dusty Springfield, Dick Cavett, Richard Pryor, Roy Clark, Phyllis Diller, Nancy Wilson, Debbie Reynolds, Tony Newley, Sammy Davis Jr, Juliet Prouse, Paul Anka, Ray Charles, Lou Rawls, Tony Bennet, Crosby, Stills, Nash and Young, George Carlin, Robert Klein, Dick Shawn, Little Richard, Peter Sellers, Bee Gee´s, Sonny & Cher, Wilson Picket, The Hollies, Joni Mitchel, Smokey Robinson, The Supremes y Joe Cocker & The Grease Band. Tom siempre ha sido un as en eso de las colaboraciones, interesado en la fusión de talentos y estilos.
El éxito continuó durante la década siguiente. Al igual que Elvis, Tom Jones trascendía simplemente cualquier categorización. Tom era capaz de lograr llenos totales en cualquier lugar del mundo, ya fuera en salas de conciertos o en estadios. Sus habilidades como cantante se fueron desarrollando a un ritmo vertiginoso; su energía, franqueza y espontaneidad resultaban evidentes para cualquiera.
En 1987, le pidieron que actuara en el musical Matador. El single A boy From Nowhere alcanzó el segundo puesto en las listas británicas. Gracias a esto, el tema It's not Unusual se convirtió en uno de los temas más pedidos en los clubes de Londres y logró entrar de nuevo en las listas con gran éxito. Así una nueva generación de artistas comenzó a interesarse por Tom Jones.
Pero fue su siguiente colaboración la que realmente despertó ese interés. A finales de 1988, The Art of Noise pidió a Tom que colaborara en una versión del tema de Prince Kiss. El resultado fue sensacional, casi como si el tema fuera realmente del propio Tom Jones, y de esa forma se coló de nuevo en las listas de todo el mundo.
En 1991, Tom grabó el disco Carrying a Torch con su viejo amigo Van Morrison. Van compuso, produjo e interpretó cuatro temas, mientras que su grupo se ocupó de los acompañamientos. Los temas fueron grabados en una sola tarde; un testimonio claro del respeto mutuo.
Ese mismo año, Tom participó en una serie de proyectos de gran calidad en Gran Bretaña, incluidos dos acontecimientos de carácter benéfico: The Simple Truth y el 30º Aniversario de Amnistía Internacional. Respaldado en ambos acontecimientos por componentes de Pink Floyd, Tom estuvo acompañado por Paul Simon, Whithney Houston, Sinead O´Connor, Gloria Estefan, Lisa Stanfield, Seal y muchos otros. A finales de año, participó en The Ghosts of Oxford Street, una producción navideña creada y producida por el legendario director Punk Malcom Maclaren. En aquella ocasión participaron también Sinead O´Connor y The Pogues. Interpretó dos temas, incluido Nobody Knows You when You´re Down and Out, producido por Dave Stewart.
El año siguiente, 1992, fue un año lleno de emociones para Tom Jones. Su serie de TV de seis capítulos, Tom Jones, THE RIGHT TIME, producida para la cadena nacional independiente británica ITV, fue televisada en verano para gran deleite tanto de la crítica como del gran público. Los capítulos, de media hora cada uno, se basaban en la música y estaban diseñados con un formato único dentro del mundo de la televisión. Entre los artistas invitados participaron The Chieftains, Joe Cocker, EMF, Erasure, Bob Geldof, Sam Moore, Lyle Lovett y Stevie Wonder.
Tras THE RIGHT TIME, Tom aceptó una invitación para actuar como estrella invitada en el Glastonbury Festival. Tom dejó estupefacta a una audiencia de 75.000 personas en pleno atardecer, ofreciendo quizás la mejor actuación de estos últimos años de su carrera como músico.
En Noviembre de 1992, se interpretó a sí mismo en la serie de los Simpson, en el capítulo en el que Marge logra al fin un trabajo temporal en la planta y su jefe secuestra a Tom Jones para intentar seducirla. Al final, Homer tiene un gesto caballeroso hacia su mujer y Tom les canta It´s Not Unusual. El año terminó con una experiencia realmente especial. Tom participó en la obra en directo Under Milk Wood, de Dylan Thomas, bajo las ordenes de Sir Anthony Hopkins.
Dos años después, Tom regresó a los estudios para grabar el maravilloso The Lead and How to Swing it. Publicado bajo el sello Interscope, fue producido por talentos de la talla de Trevor Horn, Teddy Riley, Flood y Alan Moulder, Youth y Jeff Lynne. Todos los productores recibieron muy bien la idea de interpretar la maestría de Tom Jones a su estilo; el resultado fue un trabajo muy variado aclamado por la crítica como uno de los mejores del año. De nuevo, Tom pudo renovarse y reactivarse con música nueva, siendo uno de los pocos artistas que ha podido tocar décadas y géneros sin hacerlo de forma afectada ni forzada.
En 1994, Paddy Maloney, del influyente grupo irlandés The Chieftains, le llamó para que interpretara el tema The Tennessee Waltz dentro de su proyecto de colaboraciones The Long Black Veil. La versión celta y ronca de Tom de este gran tema de country se encuadró entre las contribuciones aportadas por Sinead O´Connor, Sting, Mick Jagger, Ry Cooder, Mark Knopfler, Van Morrison, Marianne Faithful y los Rolling Stones.
Entre lo más destacado de 1996 figura su aparición en la parodia de Tim Burton de la película Mars Attacks. Para cerrar el año, Tom se encerró también en unos estudios de Nueva York para grabar un disco de rhythm´n´blues y soul. Los temas fueron grabados "en directo" con Bernie Worrel, Waddy Watchel, Cornell, Dupree, Pino Paladino, Steve Jordan y The Memphis Horns.
Tom Jones es uno de esos extraños artistas con la infalible habilidad para redefinirse a sí mismo para cada generación sucesiva de amantes de la música. En 1997, por ejemplo, grabó el clásico de Randy Newman You Can Leave your Hat On para una escena clave de la película The Full Monty, todo un éxito de taquilla y de la crítica en todo el mundo, que incluso se llevó un Oscar a la mejor banda sonora.
Dado el éxito masivo de la película, Tom participó en un medley de los temas de The Full Monty en el Brit Awards de 1998 junto con Robbie Williams. Unas semanas más tarde, en verano, colaboró también en un concierto del Prince´s Trust en el Hyde Park de Londres, ante una audiencia de 210.000 personas. A finales de año, se interpretó a sí mismo en una nueva película dirigida y protagonizada por Angelica Huston, The MAMMY, basada en la obra de Agnes Brown del mismo nombre

Llegamos a 1999, Bajo el importante sello independiente británico Gut records, pasó la mayor parte de ése año en los estudios de grabación preparando el lanzamiento de RELOAD. El disco que demostró, sin lugar a dudas, que Tom Jones, siguió trabajando y sorprendiendo. Jones la Voz; efectivamente, hay que decir que es único.
Estamos en el 2007 y a sus 67 años sigue más vigente que nunca luego de las presentaciones extraordinarias que tuvo en el verano tanto en el Luna Park de Buenos Aires - Argentina, como en distintas ciudades de Chile y especialmente en el Festival de Viña del Mar donde todo el "mounstruo" le gritaba "ídolo"!!! Deseamos sinceramente seguir disfrutando por mucho tiempo más a Sir Tom Jones.

viernes, 1 de junio de 2007

Mi ídolo
















































































































































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